martes, 24 de julio de 2007

Fragmento A

Amaba salir en las tardes, caminar por los parques atestados de gente disfrutando de los suaves aires del sur, amaba la tarde casi tanto como la noche, disfrutaba ver a los niños jugando bajo los rayos de sol, el ardiente sol que la lastimaba. No había una explicación. Cuando niña su piel toleraba mucho mejor la exposición, pero al ir creciendo, tal vez por algún cambio natural o simplemente un fenómeno aterrador, esa exposición la dañaba. No era un daño fuerte, no provocaba grandes heridas, hasta llegaba en algún punto a ser un daño placentero. Valía la pena ese pequeño sufrimiento por ver el sol moviéndose en el horizonte hasta desaparecer. Y sentir como cambiaba el clima cálido por una fresca brisa lunar. Nadie confiaba en su piel blanca, y últimamente ni siquiera ella lo hacia. Ni en su piel, ni en su sombra. No recordaba el momento en el que empezó a hacerse más notorio. Nadie lo recordaba. Leía mucho, podía pasarse horas enteras sin despegar su mirada cristalina de las páginas de sus libros, autores de habla extraña, asesinos nocturnos, fanáticos bebedores de sangre de la antigua ciudad de Londres. Noches enteras en vela nutriéndose de las aventuras de estos seres oscuros, de mirada radiante y gustos exóticos. No era raro que tuviese alucinaciones, la falta de horas de sueño, sumada a la lectura ininterrumpida no siempre era beneficioso, y en las pocas horas en las cuales podía despegarse de la tierra y viajar por su inconciente, estos seres oscuros la asechaban. Sus sueños eran tan recurrentes y precisos como cada detalle de sus libros. Y por más que fueran tan tenebrosos y extraños como ningún ser puede imaginar, despertaba en las mañanas con lágrimas en los ojos y una sonrisa, como si su corazón no quisiera despegarse de ese mundo irreal creado por si misma, como si allí pudiese vivir para siempre, sin despertar nunca del mundo mortal. Donde sus piel blanca y sus ojos cristalinos no fueran motivos de rechazo o asombro, sino producto de todo lo que allí vivía . . .

Camila

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