viernes, 18 de julio de 2008

La oscura pasión de una Virgen

Se cansó de las excusas que la vida le daba para no hacerse cargo de todos los problemas que le traía aparejado el simple hecho de ser solo la parte motriz que la llevaba a recorrer los rincones que jamás hubiese podido imaginar. El hastío de las cosas simples y complejas que son y no son dentro de una misma esfera la hacia probarse, con el único fin de notar cual era el punto de inflexión en donde ella pasaba a controlar su propia vida, que dichos sea de paso, no era suya solamente, porque cada paso que daba influía en el accionar de la vida de los demás, no de ellos en si, porque ellos eran controlados por su mente y por sus acciones, pero su vida era un mundo aparte, de sueños y carencias, de verdades y rencores, de caminos pedregosos que se achican y se agrandan, se consumen y condensan, se hacen carne o solo aire…
Pero no por eso se probaba solo a ella, ¿qué ganaba con poner en duda su control en su vida si no podía controlar también la de los demás? Aunque esta nunca fue su pregunta principal, o si, pero no estaba bien decirla, su excusa para torturar y hacer sufrir era el mandato de Dios, creía tener el poder de demostrar que la vida de todos y cada uno era suya pero mucha más aun de Dios, y si era de Dios era de ella, porque ella tenía poder divino, infundado, autonombrado, creído realmente, nadie sabe que cruzaba por su mente sádica, pero sus acciones reflejan más que mil palabras.
Le traían jovencitas y jovencitos de todos los rincones de su tierra, niños de mala fama y también de la buena, de esos con familias y amigos (que no decían nada porque tal vez era bueno, o decían mucho y no eran escuchados). Ella los miraba como virgen redentora y prometía devolverles su vida, y su alma, quitarles ese demonio, darles su Dios, a si misma, y liberarlo, haciéndolos resurgir en su mundo de inmaculada perfección.
Y así muchos cedían por vana creencia, y sufrían, y gritaban, y nadie escuchaba sus gritos, y aun así todo el mundo sabía que lo hacían.
Muchos otros se rehusaban, porque no era su llamado, porque no tenían que estar ahí o porque solo sabían lo que les esperaba si se rendían a sus viles palabras, que era tanto o peor como si no lo hacían. Y cuidado de nombrar a alguien, porque seguramente ese era quien seguía!!
Y los tenía días, meses, incluso años en su calabozo de cristal enmohecido, les mostraba la luz del día y los hacia pensar en darle su vida, porque ya no la sentían suya, porque ya no la sentían vida… PORQUE ERA PREFERIBLE CALMAR LAS ANSIAS DE PODER DE ESA BESTIA QUE VER SOLO UN DÍA MÁS EL SOL….
Les hacía cuanto quería, los golpeaba, los quemaba, los cortaba, los besaba, los amaba, y los volvía a golpear, su rostro cambiaba rápidamente de la felicidad al hastío, al odio, a las ansias de redención.
Y siempre es así, los seres viles y poderosos tiene el poder de dar a sus presas cuanto quieren y tienen, y hacerles vivir el paraíso y el infierno es sus propios corazones, que estallen y se hagan añicos, que sufran y vean sufrir…
Y el mundo sigue su rumbo normal porque todos están exentos de que les pase esto, porque los tiempos cambian (pero no las mañas), el poder consume, y como dicen “quien mal anda, mal acaba” pero no quien bien lo hace igual así termina!


10/10/2007 Camila

1 comentario:

Fiorella Lucía dijo...

Oh! lo escribiste en mi cumpleaños!